sábado, 12 de julio de 2008

Trasgo...

Como antecedente, debo contares que soy diseñador. Y debo reconocer que el proceso de estudio era exigente, casi perverso, en la querida-odiada FADA de la PUCE. Dormir promedio 2 o 3 horas en las últimas semanas del semestre era algo por demás normal y reducir eso a la nada era casi una regla los últimos días. Así que, para minimizar el riesgo de quedarte dormido (y esperar la tragedia y la deshonra el día de la evaluación), aparte de tomar café con coca-cola y la música a todo volumen, se recurría también a trabajar en grupos, así el que se dormía corría el riego de amanecer sin cejas por una rasurada traviesa, o ser tatuado por un incontrolable marcador, o por último, morir del susto, pues al ser despertado, y constatar la hora, su descanso de minutos había durado un buen par de horas de trabajo, y que el amanecer y la entrega de proyecto se acercaba. Claro está que todos los relojes de la casa, incluido el del dormilón había pasado por maquiavélicas manos que adelantaron la hora.

Una de esas noches–madrugadas de intenso trabajo, y fortificante estrés, luego de pasar despiertos casi 38 horas, al borde mismo de la locura, 2 amigas y yo decidimos descansar y al ver todo el trabajo a medio hacer, soñamos que un milagro ocurriera: que apareciera un ejército de duendes, y que acabaran con el trabajo empezado, tal como le ocurría a un viejo zapatero en el cuento de los hermanos Grimm.

Al despertar después de un par de horas de descanso, lo que vimos fue increíble: Nada había pasado. Nada se había movido de lugar. Nada. Pero nada de nada. Así que no quedó mas remedio que desayunar, pasarse un trapo húmedo por la cara, y hacerse cargo del milagro.

Y el resultado generalmente era mejor del esperado. Y claro, milagro tras milagro se acabo la U. Milagro hecho por duendes más inquietos y traviesos que nada, que rasuraban, que tatuaban, que adelantaban relojes, que se echaban los tragos, y también que diseñaban. Y los trasgos, son eso, seres mitológicos que, muy traviesos y hasta villanos, hacen y deshacen. Milagros.

3 comentarios:

Anakriks dijo...

Te faltó el dato de que, a veces tocaba oir el himno nacional...al cierre de la estación y también al abrir la transmisión del día siguiente...que divertida historia, q recuerdos de las amanecidas universitarias...saludos
AnaCris

Ursus Andinus - IronGandho dijo...

Bueno,.... aunq no haya sido diseñador se muy bien lo q soportaron en todas y cada una d sus entregas sres Trasgos.... juas juas....

Bueno, felicitaciones por iniciar tu blog y toca no más el siguiente post,...
Saludos Sr.

Por cierto, ya estás linkeado en el mio!!

El Trasgo dijo...

era terrible oir el himno en la amanecida. o las pajaros que empezaban a cantar. o el frio de la madrugada y vos aun con cosas que hacer. si, recuerdos muy alhajas!!